
El vibrato: qué es y la clave para conseguirlo
Tanto si tocas un instrumento como si usas tu propia voz, el vibrato es un importante efecto que añadirá colorido a tu interpretación de una canción. Pero antes de intentar hacerlo, te recomendamos que ya hayas dominado la técnica (o que al menos cuentes con una sólida base), ya que sin ella las imperfecciones serán tan evidentes como las cualidades. Las notas correctas, la respiración adecuada… son requisitos fundamentales que debes conocer antes de lanzarte al mundo del vibrato.
¿Qué es el vibrato?
Antes de profundizar en el tema, vamos a definir qué es el vibrato. El vibrato es el fenómeno resultante de la oscilación o vibración (como su nombre implica) alrededor de una nota mantenida. Si escuchas con atención, percibirás su similitud con un temblor o estremecimiento de tu voz. Desde un punto de vista visual, podría describirse como una onda ondulante. En el caso de una canción, lo que fluctúa es el alcance y la intensidad. Algunos cantantes tienen su propia firma de voz: Beyoncé, Steven Tyler, Mariah Carey… Este efecto varía en gran medida según el estilo musical en el que se emplee.
El vibrato está particularmente presente en el R&B moderno. Se trata de un género del que frecuentemente se dice que tiene «buenas vibraciones», una expresión que proviene de este efecto vocal.

La clave para conseguir un vibrato: un cuerpo relajado
Para efectuar un buen vibrato es necesario tener el cuerpo relajado, ya que así se consigue el equilibrio entre lo que es natural y lo que se ha aprendido. Cuanto más uses tu cuerpo, más forzarás el vibrato y más se parecerá a un trémolo (una variación del volumen en lugar del tono). A veces también podemos vernos tentados de usar incorrectamente el vibrato de formas que no están adaptadas a nuestro cuerpo.
La primera de estas cosas "no naturales" está relacionada con la mandíbula y su movimiento. Whitney Houston nos ofrece el ejemplo perfecto de un uso incorrecto de la mandíbula para arrastrar el sonido hacia arriba en la canción I Will Always Love You. En su vídeo musical de El guardaespaldas puedes observar a Whitney cantar este famoso éxito con una mandíbula que se abre y cierra rápidamente con un temblor, una técnica altamente desaconsejada al aprender a cantar. A pesar de la calidad del sonido y de su asombrosa interpretación, Whitney alcanza tal nivel de tensión que no es posible efectuar un vibrato natural y no tiene más remedio que desbloquearlo mediante los movimientos de su mandíbula.

El vibrato no es una sacudida
Es normal sentir la tentación de desbloquear el vibrato mediante movimientos del estómago, pero eso no es natural y, si no se controla bien, puede dar como resultado un efecto de jadeo. Una vez dejado eso claro, aquí tienes una buena forma de empezar: intenta replicar el sonido de un motor arrancando y acelerando. Llegarás a un punto en el que tu vibrato alcanzará la oscilación deseada. Otro ejercicio interesante es intentar imitar el sonido de un niño que finge ser un fantasma, el sonido «Buuu». Repítelo poco a poco, aumentándolo gradualmente hacia las notas más altas.
Un ejercicio más para dominar la técnica
Este lo puedes probar acompañándote de un instrumento. Toca una nota (esta será tu nota principal). Ahora toca las notas que están justo por encima y por debajo (estas serán tus notas secundarias). A continuación, canta y mantén tu nota principal y ve pasando hacia arriba y hacia abajo por las notas secundarias. Continúa haciendo esto lentamente y acelerando gradualmente las transiciones hasta el punto en que los cambios ya no sean tan obvios y la sensación de vibración siga apreciándose. Ten en cuenta que no existe ninguna velocidad correcta para cantar un vibrato: David Bowie tenía un vibrato rápido, mientras que Mary J. Blige’s lo tenía más lento.
Un último consejo: al igual que ocurre con cualquier efecto añadido, el vibrato debe usarse con moderación. Su exceso puede acabar con el encanto de la interpretación.
Publicada el: 25 de mayo de 2016